miércoles, 20 de febrero de 2008

EARTLINGS

Earthlings

Earthlings es un documental sobre la total dependencia humana de los demás animales (como "mascotas", comida, ropa, entretenimiento e investigación científica, pero también ilustra nuestra completa falta de respeto hacia ellas. La película está narrada por el nominado al óscar Joaquin Phoenix (Gladiator) y la música es del artista Moby.
Contiene un extenso estudio sobre las tiendas de animales, granjas de cachorros y perreras, así como granjas industriales, comercio de piel y cuero, las industrias de los deportes y entretenimiento, y finalmente la profesión médica y científica. Para ello han utilizado cámaras ocultas y grabaciones nunca vistas del día a día de las prácticas de algunas de las mayores industrias del mundo, totalmente dedicadas a sacar beneficio de los demás animales.

La boca

Boca que arrastra mi boca,
boca que me has arrastrado:
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.
Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas:
pájaro lleno de pájaros.
Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo.
Muerte reducida a besos,
a sed de morir despacio,
das a la grama sangrante
dos tremendos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.
Beso que rueda en la sombra:
beso que viene rodando
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.
Astro que tiene tu boca
enmudecido y cerrado,
hasta que un roce celeste
hace que vibren sus párpados.
Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles ni los campos.
¡Cuánta boca ya enterrada,
sin boca, desenterramos!
Bebo en tu boca por ellos
brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.
Hoy son recuerdos, recuerdos
besos distantes y amargos.
Hundo en tu boca mi vida,
oigo rumores de espacios,
y el infinito parece
que sobre mí se ha volcado.
He de volver a besarte,
he de volver. Hundo, caigo,
mientras descienden los siglos
hacia los hondos barrancos
como una febril nevada
de besos enamorados.
Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.

Miguel Hernández

Poemas signados

domingo, 10 de febrero de 2008

Cuentos chinos

Sangre de guerrera, mandíbula tensa
los puños preparados, moldea la materia.
Elige tu propia aventura, pásalo como quieras
Perfecciona, eleva, mejora
Que no decaiga, no perezcas.
Nunca desfallezcas, las victorias son lentas.
Que no me llenen de agujeros la cabeza,
No más consejos, no más moraleja.
Las llaves están en el fondo del mar, lalala.

Yo he quemado mis cartas de recomendación
me invento día a día mi condición,
reivindico mi derecho a quererme.
La ratona presumida, esa soy yo,
que un día su escoba cogió y voló.
Ahora me concentro sólo en la selección
Tú sí, tú sí, tú sí, tú no por maricón...
Mira al sol, girasol, tu cara era un poema
Ya te dije de los desconocidos, sólo los caramelos acepta
Cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos que me la guardan.
Y de cama en cama, y de cama en cama.

Cuéntame tus cuentos chinos, cuentos chinos, cuentos chinos.
Cuéntame tus cuentos chinos,
¿Y si no me lo he creído? ¿Y si no me han envenenado?.
Cuéntame tus cuentos chinos,
Tendré que hacerme la dormida y esperar al príncipe encantado.

Pensé en apuntarme a clases de boxeo
a aprender a defenderme de todos los cerdos,
me miran el culo, me miran las tetas
piensan y desprecian.
y si no tienes carrera..
vete a fregar escaleras!
Y nosotras que fabricamos vidas,
dime quien soy, tu madre, tu novia, tu hija, tu hermana, tu amiga.
Los sueños caducados serán los peores,
lo único que queda son heridas y cortes.
Si el tiempo pasa y no conseguimos cambiar,
seguiremos viviendo para recordar.
Que no se nos olvide, que no me pase como a los demás.

Yo sigo rezando todas las noches
esperando a ver si el coco me viene a asustar.

Ahora vivo en una casa sin espejos ni cuchillos,
desaparezco, soy virtual.
¿Me ves? Pues ya no me ves más.
Decir que soy puta
era una frase demasiado original,
así dile que cortita por delante, dile que cortita por atrás,
dile que con cuatro volantes y adiós mi capitán.

Cuéntame tus cuentos chinos, cuentos chinos, cuentos chinos.
Cuéntame tus cuentos chinos,
¿Y si no me lo he creído? ¿Y si no me han envenenado?.
Cuéntame tus cuentos chinos,
Tendré que hacerme la dormida y esperar al príncipe encantado.

Cuentos chinos, planes de vida.
de los que escapamos de por vida.
¿Por qué cuando estoy haciendo el amor los violines no suenan en mi habitación?.
Todo mentira, yo he lavado los recuerdos con lejía.
Todavía, no he hipotecado mi vida.
Por nosotras mismas, porque ya no tememos a los lobos,
porque vamos de sobradas para todo,
porque nosotras peleamos, lloramos, besamos, amamos.
Porque somos mujeres no necesitamos ningún cuento chino y sus memorias.
Nosotras ya escribimos nuestra historia.

Vanexxa

sábado, 9 de febrero de 2008

Adiós, adiós amor mío y suerte

Tan lluny i tan a prop
com el riu i el xop.
L'un caminant
i l'altre quiet.
Plegats però indiferents
com l'arbre i el vent.
L'un dalt del puig
i l'altre fuig...

Adéu, adéu amor meu i sort.
Quan un no vol
no es pot fer un hort on hi ha un erol,
ni quan és fosc fer néixer el sol
ni seda del setí,
ni d'una drecera és pot fer un camí.
El blat no neix sense llavor i està buit el graner. Per això
abans que arribi el nou dia
me n'aniré cap on sia.
Adéu, adéu amor meu i sort.

I no pateixis gens
si demà passat
has de rentar
un llençol meu.
No se n'adornarà
aquell que vindrà
a escalfar el llit
que deixo buit.

Adéu, adéu amor meu i sort.
Quan un no vol
no es pot fer un hort on hi ha un erol,
ni quan és fosc fer néixer el sol
ni seda del setí,
ni d'una drecera és pot fer un camí.
El blat no neix sense llavor
i està buit el graner. Per això
abans que arribi el nou dia
me n'aniré cap on sia.
Adéu, adéu amor meu i sort.
Adéu, adéu amor meu i sort.



Tan lejos y tan cerca
como el río y el chopo.
El uno andando
y el otro quieto.
Juntos pero indiferentes
como el árbol y el viento.
El uno en lo alto del monte
y el otro huye...

Adiós, adiós amor mío y suerte.
Cuando uno no quiere
no se puede hacer un huerto donde hay una era,
ni cuando es oscuro hacer nacer el sol
ni seda del raso,
ni de un atajo se puede hacer un camino.

El trigo no nace sin semilla
y está vacío el granero. Por eso
antes de que llegue el nuevo
día me iré hacia donde sea.
Adiós, adiós amor mío y suerte.

Y no padezcas nada
si pasado mañana
has de lavar
una sábana mía.
No se dará cuenta
aquel que vendrá
a calentar la cama
que dejo vacía.

Adiós, adiós amor mío y suerte.
Cuando uno no quiere
no se puede hacer un huerto donde hay una era,
ni cuando es oscuro hacer nacer el sol
ni seda del raso,
ni de un atajo se puede hacer un camino.

El trigo no nace sin semilla
y está vacío el granero. Por eso
antes de que llegue el nuevo día
me iré hacia donde sea.
Adiós, adiós amor mío y suerte.

Adiós, adiós amor mío y suerte.

Joan Manuel Serrat

La canción desesperada

Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, ¡oh abandonado!

Sobre mi corazón llueven frías corolas.
¡Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. ¡Todo en ti fue naufragio!

Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, ¡todo en ti fue naufragio!

En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, ¡todo en ti fue naufragio!

Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo,
te tumbó la tristeza, ¡todo en ti fue naufragio!

Hice retroceder la muralla de sombra,
anduve más allá del deseo y del acto.

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda evoco y hago canto.

Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.

Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.

¡Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirano y ávido.

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.

Y la ternura, leve como el agua y la harina.
y la palabra apenas comenzada en los labios.

Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en él cayó mi anhelo ¡todo en ti fue naufragio!

¡Oh sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, que dolor no te ahoga!

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
de pie como un marino en la proa de un barco.

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh, sentina de escombros, pozo abierto y amargo.

Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, ¡todo en ti fue naufragio!

Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.
es la hora de partir. ¡Oh abandonado.!

Pablo Neruda

Por el bulevar de los sueños rotos

(Para Chavela Vargas)

En el bulevar de los sueños rotos
vive una dama de poncho rojo,
pelo de plata y carne morena.
Mestiza ardiente de lengua libre,
gata valiente de piel de tigre
con voz de rayo de luna llena.

Por el bulevar de los sueños rotos
pasan de largo los terremotos
y hay un tequila por cada duda.
Cuando Agustín se sienta al piano
Diego Rivera, lápiz en mano
dibuja a Frida Kahlo.

Se escapó de una cárcel de amor,
de un delirio de alcohol,
de mil noches en vela.
Se dejó el corazón en Madrid
¡quién supiera reír
como llora Chavela!

Por el bulevar de los sueños rotos
desconsolados van los devotos
de San Antonio pidiendo besos,
" Ponme la mano aquí, Macorina"
rezan tus fieles por las cantinas,
Paloma Negra de los excesos.

Hay mujeres

Hay mujeres que arrastran maletas cargadas de lluvia,
hay mujeres que nunca reciben postales de amor,
hay mujeres que sueñan con trenes llenos de soldados,
hay mujeres que dicen que sí cuando dicen que no.

Hay mujeres que bailan desnudas en cárceles de oro,
hay mujeres que buscan deseo y encuentran piedad,
hay mujeres atadas de manos y pies al olvido,
hay mujeres que huyen perseguidas por su soledad.

Hay mujeres veneno, mujeres imán
hay mujeres consuelo, mujeres puñal,
hay mujeres de fuego,
hay mujeres de hielo,
mujeres fatal.
Mujeres fatal.

Hay mujeres que tocan y curan, que besan y matan,
hay mujeres que ni cuando mienten dicen la verdad,
hay mujeres que abren agujeros negros en el alma,
hay mujeres que empiezan la guerra firmando la paz.

Hay mujeres envueltas en pieles sin cuerpo debajo,
hay mujeres en cuyas caderas no se pone el sol,
hay mujeres que van al amor como van al trabajo,
hay mujeres capaces de hacerme perder la razón.

Hay mujeres veneno, mujeres imán
hay mujeres consuelo, mujeres puñal,
hay mujeres de fuego,
hay mujeres de hielo,
mujeres fatal.
Mujeres fatal.

Hay mujeres que compran a plazos un nicho en el cielo,
hay mujeres que cambian abrazos por ramas de azahar.

Hay mujeres veneno, mujeres imán
hay mujeres consuelo, mujeres puñal,
hay mujeres de fuego,
hay mujeres de hielo,
mujeres fatal.
Mujeres fatal.

Joaquin Sabina

Siete crisantemos

Si alguna vez he dado más de lo que tengo
me han dado algunas veces más de lo que doy,
se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo
y puede que no exista el sitio a donde voy.

A las buenas costumbres nunca me he acostumbrado,
del calor de la lumbre del hogar me aburrí,
también en el infierno llueve sobre mojado,
lo sé porque he pasado más de una noche allí.

En busca de las siete llaves del misterio,
siete versos tristes para una canción,
siete crisantemos en el cementerio,
siete negros signos de interrogación.

En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas
y muchas golondrinas huyen de la ciudad,
el asesino sabe más de amor que el poeta
y el cielo cada vez está más lejos del mar.

Lo bueno de los años es que curan las heridas,
lo malo de los besos es que crean adición;
ayer quiso matarme la mujer de mi vida,
apretaba el gatillo... cuando se despertó.

Con siete espinas de la flor del adulterio
siete carreteras delante de mí,
siete crisantemos en el cementerio,
siete veces no... siete veces sí.

Me enamoro de todo, me conformo con nada;
un aroma, un abrazo, un pedazo de pan
y lo que buenamente me den por la balada
de la vida privada... de fulano de tal.

Siete crisantemos en el cementerio,
siete despedidas en una estación,
siete crisantemos en el cementerio,
siete cardenales... en el corazón.

Joaquin Sabina

Defensa de la alegria

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del caos y de las pesadillas
de la ajada miseria y de los miserables
de las ausencias breves y las definitivas

defender la alegría como un atributo
defenderla del pasmo y de las anestesias
de los pocos neutrales y los muchos neutrones
de los graves diagnósticos y de las escopetas

defender la alegría como un estandarte
defenderla del rayo y la melancolía
de los males endémicos y de los académicos
del rufián caballero y del oportunista

defender la alegría como una certidumbre
defenderla a pesar de dios y de la muerte
de los parcos suicidas y de los homicidas
y del dolor de estar absurdamente alegres

defender la alegría como algo inevitable
defenderla del mar y las lágrimas tibias
de las buenas costumbres y de los apellidos
del azar y también, también de la alegría.

Mario Benedetti